miércoles, 27 de febrero de 2013

Ser o no ser... principe azul


Ola a todos vosotros nuevamente; bueno sé que muchos de vosotros tienen curiosidad por mi critica de crepúsculo, la cual desde ahora llamare la innombrable, por lo que ya hemos llegado a los 4200. Les había prometido que al llegar a los 4000 haría mi critica de la saga de películas, libros y a sus aferradas fans pero, como será obvio, al no poseer las películas completas y todos los libros (excepto  Eclipse el cual conseguí en la biblioteca de mi universidad) y hasta que no las haya visto todas,   tomar reflexiones y análisis de cada uno, creo que me demorare un poco. No se asusten, no será mucho (eso espero porque sinceramente ya me está dando pena ajena pedirle a la hermosa bibliotecaria este horrendo libro)  Bueno, mientras comienzo mi critica continuemos con lo de nosotros, hoy les traigo un tema muy particular; espero que les guste así que LET’S GO.



¿El príncipe azul?

Si eres como yo, si has vivido tu infancia durante los 80 y 90 entonces reconocerás esto: CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIM. Desde la una chica con caperuza roja hasta una dama que vive con 7 enanitos, son estos cuentos los primeros con los que hemos crecido y por consiguiente hemos aprendido cosas que nos han reflejado estos cuentos; por ejemplo de Caperucita Roja que no hay que fiarse de los extraños, de Hanzel y Gretel que las apariencias pueden engañar y del gato con botas (mi favorita de siempre) es que es uno quien decide que hacer con su vida y que hay que aprovechar cada oportunidad para sacarle el mejor provecho. Sin embargo, pese a las buenas reflexiones  y moralejas que pueden poseer, también posee malas enseñanzas y reflejos que se han ido mitificando durante las últimas décadas; entre todas estas hay una en particular y con la que nos ha acompañado durante nuestra infancia , ese es el Príncipe azul. Muchos se preguntaran porque una figura tan plana y simple como esa, les diré una simple razón: Crianza.

Es decir, hemos crecido con una figura que al ser “buena” tanto para las mujeres como para nosotros nos la han inculcado; En las niñas que ese es el tipo de hombre con el cual casarse y ser feliz y si no es así tienes que hacer que sea así; y en los hombres que debemos ser necesaria mente así para ser felices. En este punto ustedes dirán que hay de malo en serlo, les diré como es un príncipe azul: Es una persona de impecable presencia, bella, modesta, de grandes cualidades, capaz de enfrentarse para rescatar su reino y a su princesa, y por encima de todo que sea rico.

Creo que con esta breve descripción ya he descartado a más del 45 por ciento de los hombres de este planeta (incluso puede ser más ese porcentaje) y no es de extrañar, ya que esa figura es un estándar demasiado alto para todos nosotros; y hablando de esa figura, hemos visto esa misma figura no solo en los cuentos de hadas, sino también en otras manifestaciones culturales como libros, películas, series y (como si fuese extraño)  en novelas de televisión. No daré ejemplos para no rellenar.

Entonces, ¿Esta figura es algo que no debemos seguir?

De hecho, no del todo;  esas figuras o estándares con las que hemos crecido de niños pese a ser un impacto para nosotros, después de madurar y ver como es en realidad la vida nos damos cuenta que esas figuras o estándares son irreales y en ese momento comenzamos a tomar criterio sobre nuestras vidas, si queremos ser perfectos a como der lugar solo por seguir ideales o metas, o si queremos ser nosotros mismos y buscar la felicidad y el éxito teniendo encima miles de cualidades o defectos (eso en el caso de nosotros los hombres) ; o si quieren buscar a alguien así, esperando que llegue desechando cualquier oportunidad por cualquier imperfección, o simplemente buscando la felicidad con alguien aceptando esos miles de defectos y cualidades, con el cual congeniar y ser “feliz” a pesar de no ser totalmente tu ideal.

Aun así, tampoco es una excusa para ser bestias salvajes con una mujer; solo por decir no soy perfecto y nadie me puede cambiar, no significa que necesariamente tengamos que ser así. Es decir, si tenemos miles de fallos así como tampoco podemos alcanzar ese estándar, sin embargo no cuesta nada intentarlo. No cuesta nada un detalle, no cuesta nada proteger y tratar a tu pareja como una princesa, porque recordemos que los hombres quienes tratan a su pareja como una princesa es porque han sido criados por una reina.


En fin, los príncipes azules en los cuentos, lo hombres son hombres y punto. Aun así, intentemos ser príncipes para nuestras princesas (Neko).


Me despido y les digo hasta la próxima.  Antes los invito a que visiten este blog que abrió una amiga mia días antes. La temática de este blog son los videojuegos.


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