EL AMOR EN TIEMPOS DE COLERA
Una de las historias más tristes
que he leído durante mi vida ha sido el de la novela que lleva el mismo nombre que este último
blog del 2012; al igual que el libro mi vida ha sido de desamores y de amores casi imposibles y que me han
hecho pasar por las duras y las maduras. Pero de todos lograré evocar en estos
letargos y memorias de mi vida a fines del 2012, con uno que de verdad me tocó
el alma y me transformó en el ser que soy ahora en la actualidad. La llamaré
María, ella era la mujer que yo consideraría perfecta para mí, era lo que
siempre buscaba y aún busco en una mujer y en una relación. Ella era ese
misticismo que poseía el amanecer cuando se posaba por la ventana, era la mujer más bella que mis ojos jamás han
visto antes y jamás verán; ella fue mi todo
y digo fue porque ya no lo es.
Desgraciadamente la conocí
estando con otra mujer y por mucho
tiempo después de lo ocurrido fui conocido por cómo se conocen a los hombres
mujeriegos por acá en Colombia, “El Putas”. Y no era para más, estaba en medio
de dos personas que me amaban pero solo
yo amaba a una y con esa persona se los juro por Dios bendito que me dio la
vida, jamás llegue a tener nada formal; de hecho todo fue muy espontáneo y muy
inocente, siendo la única vez de pasión una vez que estábamos solo y nos
besamos, de ahí en adelante fue un amor inocente y con mucha felicidad.
Pero como no todo dura en la
vida, debía decidirme con quien quedarme y siendo yo, en esos tiempos, un
delincuente sin remedio quien pasaba la vida en medio de peleas y conflictos, en
los cuales no la quería involucrar a ella, dejando a la otra sin importancia
(lo cual también fue un error) y en esos tiempos entre los odios y el fin de
una etapa de vida el único sosiego de vida que poseía era su hermosa sonrisa y
sus labios tiesos pero que me demostraban amor como ningunos otros me lo demostraron y estoy más que seguro que
jamás nadie demostrará.
Y entre los delirios de esos
momentos y mi vida tormentosa tome la mala decisión de dejarla ir, simplemente
para que buscara a alguien mejor,
alguien que no le diera felicidad oculta manteniéndola como la otra y alejarla
de mis errores y mi vida de delincuencia y excesos quedándome con la otra como
consuelo y la cual me llego a importar solo hasta que también la perdí.
A este punto muchos me verán como
un perro de lo peor y es verdad ese es el término que me merezco, pero en el
corazón nadie manda y por querer hacer las cosas mal que parecen bien me gane
la pérdida de esa persona que me movió mi corazón una mujer que jamás será reemplazada, una mujer que quiso ser
parte de mi soledad y me hizo cambiar de delincuente a doctor, María la mujer que me amo y no supe valorar,
la mujer que me amo en medio de mis cóleras.